VI
La gente que la conocía lo sabía, era una mentirosa compulsiva. ¿Qué eran mentiras piadosas? Puede ser. ¿Qué en ocasiones encubrían una verdad que no le interesaba revelar por miedo a perder la partida? Pues también es posible. Pero si algo era cierto fue la conversación que mantuvo con su hermana, María Isabel.
María Isabel siempre fue una especie de guía. Según ella le recordaba a Manuel, cuando de vez en cuando un objeto, un comentario, les remitía a su hermana, a su mujer: siempre que le perturbaba una duda, a ella que acudía. Bueno, lo de siempre, sería más conveniente ponerlo entre comillas, ya que eran menos las verdades que mentiras las que decía Raquel. En cualquier caso, verdad es que las palabras que a continuación cito, supusieron un punto y a parte en la relación entre ambas hermanas.
- Una cosa es reinventarte a ti mismo, y otra es hacer de tu vida una farsa. En el primer caso empiezas a caminar de nuevo, con nuevos proyectos intentas explotar tu potencial; en el segundo, un día te despiertas y te percatas de que no te conoces y, estás pérdida, Raquel, si continuamente te mientes a ti misma.
Raquel acabó distanciándose de María Isabel.
2 Comments:
¿Y si te despiertas y descubres que no se trata de que no te conozcas, sí que te conoces, pero no te aceptas? Sabes lo que eres pero te lo niegas a tí misma, y a los demás...
Bueno, aquí la idea de fondo era otra (ya te explicaré su(s) orígen(es), basicamente como todo, fundamentados en la observación...)
Publicar un comentario
<< Home